¿Qué es un procurador y por qué es necesario en un procedimiento judicial?
Introducción
Cuando alguien se enfrenta a un procedimiento judicial, suelen surgir dudas sobre las figuras que intervienen. Una de las más desconocidas es la del procurador de los tribunales. Aunque no siempre se hable de ella, su papel es esencial para que el proceso judicial funcione con rapidez, eficacia y seguridad jurídica.
¿Qué es un procurador?
El procurador es un profesional del derecho que representa a las partes ante los juzgados y tribunales. Su función principal es ser el enlace directo entre el ciudadano o su abogado y la administración de justicia.
En la práctica, el procurador se encarga de:
- Recibir notificaciones judiciales.
- Presentar escritos y documentos en nombre de la parte.
- Controlar plazos procesales para que no se pierda ninguna oportunidad en el procedimiento.
- Coordinarse con abogados y órganos judiciales para agilizar los trámites.
¿Por qué es necesario un procurador?
La intervención del procurador es obligatoria en la mayoría de los procedimientos judiciales, salvo en los casos previstos por la ley (por ejemplo, en juicios verbales de cuantía inferior a 2.000 € o en algunos procedimientos laborales).
Su presencia garantiza que:
- Los plazos se cumplen rigurosamente.
- El juzgado siempre tenga un representante de la parte al que notificar.
- El abogado pueda centrarse en la defensa jurídica, mientras el procurador gestiona lo procesal y administrativo.
El procurador como figura de confianza
Más allá de lo técnico, el procurador aporta cercanía. Es el profesional que está pendiente del cliente y de su caso desde un punto de vista práctico, velando porque todo llegue a tiempo y correctamente al juzgado.
En ciudades como Ontinyent y en el resto de la Comunidad Valenciana, contar con un procurador de confianza significa ganar en tranquilidad y en eficacia durante un procedimiento judicial.
Conclusión
El procurador es un pilar fundamental de la justicia española. Su labor, aunque menos visible que la del abogado, es imprescindible para garantizar que cada caso siga su curso sin obstáculos procesales.